Los cuidados de nuestra piel

No hay que olvidar que la salud de nuestra piel, implica una aceptación personal de “buena imagen”.
La piel es nuestra cubierta externa, nos protege y nos relaciona con el medio ambiente y con nuestros semejantes. Es el órgano mas extenso y mas pesado del organismo. A partir de los 50 años, nuestra piel se verá influenciada por los cambios hormonales que suframos a partir de esta edad, principalmente con la menopausia: el sebo se encuentra reducido, menor producción de sudor a estímulos psicológicos, incremento de la permeabilidad y reactividad vascular. Además nuestra piel habrá comenzado a pagar la factura por la cantidad de radiación solar recibida hasta el momento presente con la presencia de algunos cambios tales como arrugas, sequedad, manchas, léntigos, queratosis, tumores, ect.
Esta factura empieza a ser mas cara a partir de los 65 años ¿y qué?... No hay que olvidar el arte de envejecer y que la arruga ¡ES BELLA! Aunque de nuestra piel se trate.

Desde el momento de nuestro nacimiento, comenzamos a envejecer por la producción de radicales libres por parte de nuestro propio organismo. Sin embargo, podemos, en parte enlentecer este envejecimiento cuidando nuestra salud en general, aportando a nuestra dieta sustancias antioxidantes, vitaminas, evitando el tabaco, disminuyendo la ingesta de alcohol y por supuesto reduciendo la exposición solar utilizando filtros solares en las horas de maxima irradiación. No hay que olvidar que la radiación solar se acumula como si las horas de vuelo en un aviador se tratase. Nunca pueden reducirse. 

Lo mas importante es consultar a un facultativo que personalice nuestros cuidados ya que en ocasiones, nuestra piel podrá necesitar incluso de una terapia hormonal sustitutiva que puede ser de diferentes tipos. Se recomienda tambien vigilar y mantener un peso ideal, realizar ejercicio físico. La ducha o el baño debe practicarse a diario pero utilizando jabones o detergentes suaves y extragrasos. La piel debe hidratarse a menudo con aceites, leches o cremas corporales. No utilizar esponjas ni guantes de baño que solo contribuirán a resecar mas nuestra piel. No exponerse a sol sin la aplicación previa de filtros solares UVA y UVB.

No conocemos nuestra piel y nos dejamos influenciar por el bombardeo publicitario de múltiples sustancias que, en ocasiones pueden incluso perjudicarnos, sobre todo cuando los excipientes utilizados no son los correctos para nuestro tipo de piel. Hay sustancias con efecto anti-aiging que hay que conocer y que saber utilizar pues algunas de éllas pueden tener algún efecto colateral, como sensación de calor, tirantez, eritema,etc, que hay que conocer. Algunos de estos productos incluyen: retinoides, alfa-hidroxi acidos, vitamina C, aceites relipidizantes,etc.

Hay que hacer una mención a la cosmética decorativa, apartado importante para reducir algunas de las alteraciones , cubrir unas determinadas imperfecciones y contribuir a conseguir mas armonía y equilibrio. El arte del maquillaje se confunde con la historia de la humanidad, desde el principio de los tiempos.

Acudiendo a un especialista que nos ayude a conocer nuestra piel y nos asesore en cuanto a productos a utilizar, tiempo, situación etc.

Así haremos posible que envejecer sea para nosotros un arte de cada día y las arrugas que nos acompañen sean cada vez mas bellas.

Dra.Montserrat Pérez.

Clínica dermatológica de Moragas